Mi experiencia personal con la orinoterapia

Mis primeras experiencias con la orina datan de hace más de 40 años….

Pero empecemos por el principio. En Salamanca mi padre tenía una de las mejores pastelerías de la ciudad. Desde que tuve uso de razón, sobe los 9 años, me las arreglaba para comer a todas horas todo tipo de pasteles, chocolatinas y dulces. Especialmente los bombones de la marca Uña me volvían loco.

Claro, a la hora de comer yo nunca tenía hambre. Pronto desarrollé una colitis persistente cuya causa nadie podía adivinar. Mis padres me llevaron a distintos médicos que no hacían otra cosa que recetarme todo tipo de pastillas que sólo buscaban suprimir los síntomas sin atacar las causas, empeorando mi condición. A nadie se le ocurrió pensar que mi colitis tuviera algo que ver con la pastelería. La colitis llegó a ser para mí una segunda naturaleza, mi estado normal de ser.

Cuando fui cumpliendo años fui interesándome más y más por la vida y alimentación naturales.

Cumplidos los 25 años yo ya tenía un buen conocimiento de las medicinas naturales y alternativas. Entre todas las diferentes terapias naturales, enseguida me llamó poderosamente la atención la Terapia de la Orina.

La Terapia de Orina se me antojaba el método de curación natural perfecto pues no sólo asumía la filosofía y principios de la medicina natural, en cuanto a no interferir con el poder auto-curativo del organismo; la terapia de orina se basaba además en un medicamento sorprendente y asombroso: tu propia orina.

¡Muy pronto pude darme cuenta que dicha terapia tenía mucho sentido! En realidad la orina, ¿qué es? ¡Una substancia preciosa! Un “filtrado de sangre”. ¡Un filtrado de tu propia sangre! Un medicamento maravilloso, inagotable y gratuito ¡y fabricado por ti mismo!

Aún sin estar realmente enfermo comencé una terapia de orina. De inmediato noté una sensación de bienestar. No volví a tener ningún episodio de mi antigua colitis, me desaparecieron los granos de la cara y cualquier erupción del cuerpo, y prácticamente no volví a tener ningún episodio de catarro o gripe.

En las epidemias de gripe, muchas personas sufrían serios episodios gripales acompañados de fiebre. Síntomas gripales que solían prolongarse bastantes días, a pesar de estarse tomando una buena cantidad de antibióticos, ¡con frecuencia auto-recetados!

Pasado el tiempo fui dejando de utilizar la terapia de orina, dado que me encontraba bien, sin darme cuenta que la orinoterapia tiene por objetivo no sólo la curación enfermedades, sino lo que es mucho más importante, el mantenimiento de la salud.

Bueno, y llegamos al momento actual. En la sección “orinoterapia” ya he comentado que cuando en una colonoscopia rutinaria no me detectaron nada anormal, le comenté a mi mujer:

– “¡Qué lástima, me hubiera gustado me diagnosticaran un tumor maligno!”.

– “No vuelvas a decir semejantes barbaridades” – me espetó con toda justicia mi mujer.

Por qué un deseo tan extraño, yo mismo no lo entendí completamente en ese momento. Quizás lo vi como un desafío. O tal vez pensé que sería impensable que mi amado cuerpo desarrollara un tumor sin previo aviso. O si lo hiciera, pensé, sería para mejor, para mejorar algo.

Cuando, en efecto, muy recientemente, en diciembre de 2020, hace tan sólo 2 meses me diagnosticaron un cáncer avanzado de próstata con metástasis, como explico en la sección “Diagnóstico Cáncer”, por unos segundos, sólo por unos segundos, no me gustó mucho la noticia.

¿No era yo invulnerable? ¿Cómo era posible que yo tuviera un tumor en estado avanzado y con metástasis sin que yo me hubiera dado cuenta y sin que mi cuerpo me hubiera advertido o dicho nada? O a lo mejor lo había hecho y yo no le había hecho ningún caso.

Pasados los primeros momentos de estupor, enseguida me entró una gran alegría y supe que iba a emprender un emocionante viaje vital.

Desde el primer momento y antes de que me confirmaran el diagnóstico, me sometí a una intensa auto-terapia de orina, procedimiento que explicaremos en todo detalle en la sección correspondiente.

He seguido la terapia a lo largo del mes de enero del 2021. Dicha terapia ha consistido fundamentalmente en ingestión de la propia orina y “friegas” diarias de orina por todo el cuerpo. Finalizado el mes de auto-tratamiento he continuado con una terapia de orina de mantenimiento.

Al poco tiempo de iniciada la terapia se han dejado notar en mi cuerpo toda una serie de “efectos secundarios” ¡positivos!: regulación intestinal, desaparición de erupciones cutánea y de grietas en los pies, etc. Pero el mejor y más sorpréndete efecto de la terapia ha sido sentir una gran fortaleza física y de ánimo.

No obstante haber rechazado yo el tratamiento de radioterapia propuesto por la oncóloga del hospital que ha hecho el diagnóstico, el hospital llevara a cabo una vigilancia activa de la evolución del tumor.

¿Cuál será el resultado de la primera consulta médica de seguimiento que se avecina? ¿Me preocupan los resultados? ¡Ni lo más mínimo! Los publicaremos aquí.

Puedo anticipar el resultado. ¡Perfectamente sano! No contemplo otra posibilidad. En efecto, como se explicará en este blog, la verdadera salud consiste en qué estado de ánimo te encuentres, en si tienes ilusión, en si tienes proyectos, en si tienes ganas de vivir.

No hay nada con un mayor poder curativo que un buen estado de ánimo. Ni la terapia de la orina, ni ninguna terapia pueden ser efectivas sino van acompañadas por un buen estado de ánimo. ¡Te prepararé para ello, querido lector!

En momentos en que te encuentras perfectamente bien, sin signos o síntoma alguno de enfermedad, como en la mayoría de los diagnósticos de supuestas enfermedades graves ¿deberías sentirte repentinamente deprimido, preocupado o enfermo por obra y gracia de una simple palabra: cáncer?

En cualquier caso, si tenemos proyectos, ilusión y ganas de vivir, las consultas médicas, diagnósticos, análisis o resultados no pueden afectarnos. Podemos y debemos “ocuparnos” de hacer lo que sea más apropiado a cada momento, en ningún caso “preocuparnos” por ello.

A menudo el diagnóstico, no nos habla de lo que está ocurriendo, sino de lo que puede ocurrir en el futuro (¡muchas gracias por la información doctor!). Un tal diagnóstico es de hecho un pronóstico, pronóstico de lo que puede ocurrir, ¡pero que no ha ocurrido todavía!

¿Hacemos algo con toda la ilusión del mundo?

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