Suiza, paraíso de terapias alternativas

En algunos países como China, La India o Singapur, las terapias alternativas, comprendidas las tradicionales, están plenamente integradas en el sistema sanitario. Al mismo tiempo, cada vez son más los países que van integrando en su sistema de salud a toda una serie de tratamientos alternativos.

Las terapias tecnológicas de la medicina convencional se manifiestan a menudo agresivas con el organismo. Los pacientes que se someten a tales terapias con frecuencia pagan un precio muy alto en forma de efectos secundarios adverso, a cambio de seguir un tratamiento supuestamente curativo.

LA MEDICINA CONVENCIONAL RECONOCE pública y abiertamente los fracasos de las terapias más avanzadas. Al hilo de estos fracasos y efectos adversos que acompañan a una agresiva medicina moderna, han ido surgiendo terapias alternativas, algunas rescatadas de la antigüedad y otras, desarrolladas recientemente”.  

(José Ignacio Landa, Miembro del Consejo Asesor del CGCOM, Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. 26/01/2018 medicosypacientes.com).

Las denominadas terapias alternativas, comprendida la medicina tradicional, se refieren a terapias que han demostrado su eficacia a través de los tiempos y en la actualidad. No obstante, tales prácticas tienen el problema de no estar avaladas según los paradigmas del método científico.

El que una terapia demuestre su efectividad o haya sido utilizada tradicionalmente a lo largo de miles de años, no se considera prueba o aval alguno por parte de la medicina convencional.

En cuanto a las llamadas “terapias complementarias”, se denominan así aquellas terapias que se enmarcan, estas sí, dentro de la medicina convencional. Se trata en realidad de “terapias paliativas”, terapias orientadas a disminuir o contrarrestar los efectos secundarios adversos de los tratamientos más agresivos de la medicina moderna, especialmente los efectos secundarios derivados del tratamiento del cáncer, como la quimioterapia o la cirugía.

EN CUANTO AL TÉRMINO “MEDICINA NATURAL”, en España, El Ministerio de Sanidad, lo introdujo y definió de la siguiente manera:

Se han identificado y analizado 139 técnicas en el ámbito de las terapias naturales, de las cuales solo una parte tiene influencia directa sobre la salud y el resto van fundamentalmente dirigidas al bienestar o confort del paciente…“.

(BOE en el año 2011)

El observatorio de la OMC contra  las Pseudociencias/Pseudoterapias sostiene que la mayoría de estas terapias denominadas naturales son pseudoterapias, esto es, terapias que no se basan en pruebas científicas y por lo tanto no cuentan con el respaldo de la medicina convencional.

EL SISTEMA SANITARIO SUIZO, considerado uno de los mejores del mundo, lejos de calificar de pseudoterpias a las terapias naturistas, alternativas o tradicionales, incorpora muchas de ellas a su sistema de salud.

En 2009, los ciudadanos suizos decidieron en referéndum que algunas “terapias o medicinas alternativas” deberían tener cabida en su sistema de salud.

Medicinas tales como la Medicina Antroposófica, la Homeopatía, la Terapia Neural, la Fitoterapia, y la Medicina Tradicional China entre otras, fueron incorporadas al sistema de sanitario suizo.

Como consecuencia, el gobierno suizo decidió que a partir del 1 de enero de 2012, estas terapias estarían incluidas y sufragadas en el seguro de salud básico. Esta decisión de Suiza ha tenido gran repercusión en el mundo occidental y ha dado argumentos a los defensores de las terapias alternativas.

EN CUANTO A LA ORINOTERAPIA, objeto primordial que nos ocupa en nuestro blog, digamos que cuando Armstrong publica su libro en 1944 “El Agua de la Vida: un tratado de terapia de orina”, estaba bien al tanto y conocía a fondo la mayoría de las terapias alternativas y tradicionales que han llegado hasta nosotros.

Armstrong dice que si bien las “terapias naturistas” han jugado un gran papel en la curación y prevención de una gran variedad de enfermedades, no llegan suficientemente lejos. Según Armstrong dichas terapias, en términos generales, logran eficazmente la desintoxicación del organismo, pero no lo reconstruyen, no lo alimentan con elementos vitales.

La orina, según Armstrong, va más allá, ya que al ser un filtrado de nuestra propia sangre, contiene los elementos vitales en su forma más simple, que una vez reincorporados al organismo (por ingestión, a través de la piel mediante friegas y sobre todo mediante ayunos a base de orina y agua) sirven para la reconstrucción de los tejidos dañados por las enfermedades.

Armstrong utiliza y aplica, para el tratamiento de toda enfermedad, solo y exclusivamente una substancia: la orina, normalmente la propia orina, sin buscar complementar dicha terapia con ninguna otra terapia, substancia o medicamento.

Armstrong sostiene en su libro que lo que diferencia la orinoterapia de las demás terapias naturistas, es que la orina, gracias a los elementos que la constituyen, siendo un auténtico filtrado de sangre, es la única substancia capaz de promover directamente la reconstrucción de los tejidos dañados por la enfermedad

La curación de los casos más graves de enfermedad sólo puede conseguirse, sostiene Armstrong, reviviendo una terapia ancestral basada en la orina y que, a la hora de publicar su libro en 1944, Armstrong dice haber practicado con éxito a lo largo de más de 25 años.

Hay que advertir que Armstrong no teoriza en ningún momento. Armstrong aplica la orina de forma intuitiva y empírica, y luego, como una concesión a su propia inteligencia y al lector, ofrece una “teoría”, aclarando que es simplemente una posible explicación más que una teoría. Para Armstrong la “explicación” es la curación: la eficacia curativa que se puede observar de forma empírica.

Si bien Armstrong llega a ofrecer en su libro, como veremos en otro apartado, alguna explicación científica de su terapia, no obstante no le preocupa en absoluto encontrar dicha justificación. Armstrong llega a su terapia no mediante razonamientos teóricos sino, sobre todo y principalmente, guiado por su intuición como un moderno chaman.

En cuanto a posibles explicaciones científicas de su terapia, Armstrong dice con humor que los “remedios de viejas” se justifican cuando los investigadores encuentran algún método científico para explicarlos.

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