Mi Cáncer de Próstata y la Terapia de Orina
Como ya he comentado en el artículo “Diagnóstico cáncer”, a finales de 2021, tras unas pruebas rutinarias del sistema urinario, me detectaron y diagnosticaron un cáncer de próstata avanzado con metástasis.
Rechacé seguir ninguno de los tratamientos propuestos: tratamiento quirúrgico, con resección completa de próstata, o bien tratamiento de radioterapia combinado con hormonoterapia.
En lugar de los tratamientos propuestos, le dije al doctor que pretendía seguir un tratamiento curativo de medicina alternativa, concretamente un Ayuno de Orina, o Terapia de Orina.
No obstante mi rechazo a seguir ningún tipo de tratamiento de medicina convencional, acepté gustoso se me hiciera un seguimiento del tumor y evolución del mismo cada 6 meses. Seguimiento del tumor que se haría en base a análisis de sangre complementados y contratados con exámenes exhaustivos del estado general de salud.
A primeros del año en curso (2022) me hice las pruebas acordadas para seguimiento del tumor.
El resultado de los análisis de sangre daba todo dentro de los parámetros perfectamente normales, a excepción del PSA, que presentaba un nivel de 8, igual al de los primeros análisis.
El valor normal del índice de PSA varía según la edad. A partir de los 70 años se consideran normales valores del PSA de hasta 10. Dada mi edad, pronto cumpliré 76 años, un valor de PSA de 8 podría considerarse dentro de los parámetros normales.
El PSA, como cualquier otro marcador, solo tiene significado considerado en conjunto con otras pruebas. En mi caso, el análisis de sangre, estado de salud, y ausencia de cualquier síntoma de enfermedad, no indicaban existencia de enfermedad alguna a pesar del PSA, no muy alto de todas formas.
A duras penas mi urólogo podía creerse que me encontrara en perfecto estado de salud y total ausencia de cualquier síntoma de enfermedad, cuando se había pronosticado una rápida y hasta fatal evolución del tumor de no seguirse tratamiento alguno del mismo.
“Doctor, el diagnóstico de cáncer que me hicieron en su día incluía un rápido y fatal pronóstico caso de no seguir tratamiento: ¿Cómo se explica, que me encuentre tan bien y practicando intensamente mi deporte favorito, subir montañas?”.
“Puede explicarse por su fuerza mental” – acertó a decirme.
El urólogo, perplejo ante el hecho de que el tumor no mostrara ninguna señal del rápido crecimiento y agravamiento del mismo que se había pronosticado, propuso me hiciera una serie de pruebas.
Rechacé de plano someterme a ningún tipo de pruebas adicionales, ya que en realidad no eran otra cosa que una repetición de las pruebas que ya me habían practicado a finales de 2021.
Por mi parte, en vista de los resultados de los análisis de sangre, con un PSA no muy alto para mi edad y un excelente estado de salud y energía, sin el más mínimo síntoma de enfermedad o molestia, llegué a la conclusión de que o bien el tumor había desaparecido o bien estaba totalmente desactivado, por lo que no tenía sentido continuar con el seguimiento del mismo.
Al termino de la consulta médica le dije al doctor que, en mi opinión, la Terapia de Orina que había seguido a finales del 2021 tras serme detectado el tumor, explicaba perfectamente lo que yo consideraba se había producido la “curación” del mismo.
En conclusión, comuniqué al doctor mi decisión de no hacerme pruebas nuevas ni a continuar con ningún tipo de seguimiento del tumor, ya que lo consideraba curado, inactivado o controlado.
Naturalmente el doctor no estuvo de acuerdo con mi opinión ni decisión al respecto pero expresó su máximo respeto por la misma.